Reseña: ‘He visto un hada’ de Anabel Sáiz

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'He visto visto un hada' de Anabel Sáiz
‘He visto visto un hada’ de Anabel Sáiz

«El año de 1917 tuve la suerte de ver a un hada en la habitación de un niño pequeño, primo mío. Fue una centésima de segundo, pero la vi. Es decir, la vi… como se ven las cosas puras…” así arranca Federico García Lorca en una de sus conferencias más conocidas y, de paso, nos regala el título de esta novela. Años después Luis Cernuda continúa con la misma idea al escribir: “Un día, allá en la vega de Granada, nació un niño, a cuyo alumbramiento asistieron todas las hadas. (…)  Se acercó esta última y otorgó al recién nacido el don de saber vivir.”.

Es este “saber vivir” el que se asoma, con ojos alegres y curiosos, por las páginas He visto un hada. Antonio, un futuro médico, para el que todo es nuevo y emocionante se aloja en la Residencia de Estudiantes, en un momento mágico, ya que coincide con Federico García Lorca y se hacen muy amigos. Descubriremos una época en la que todo parecía posible y todo estaba por hacer. Por las páginas de He visto un hada se asoman los grandes protagonistas de la Edad de Plata de las letras españolas. Dalí, Buñuel, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Rafael Alberti y otros tantos se bajan de los coturnos y se convierten en personajes de una historia muy humana. También se hace referencia a la Residencia de Señoritas de la Calle Fortuny, en un momento en que todo parecía posible.

Como si fueran unas memorias, no siempre ordenadas, no siempre exactas, He visto un hada se erige en forma de homenaje a unos años, a un momento y a una figura que, por desgracia, y eso también lo leeremos, tuvieron fecha de caducidad. Antonio, el joven estudiante, va desgranando, en primera persona, sus recuerdos, sus conclusiones y, sobre todo, esas ansias propias de la juventud en que la vida se muestra como un territorio lleno de mil posibilidades. Conforme el relato avanza, los caminos se separan, Antonio madura y aparece la nostalgia del pasado. Con respeto, con mucho cariño y humildad, la figura de Federico García Lorca se crece ante los lectores a la vez que se humaniza. Es otro Federico, el hijo de Antonio, quien entrega estas memorias y le da la luz que necesitan. 

He visto un hada es un libro breve, aunque cargado se sentido y emoción. Es posible que los lectores, si están muy atentos, puedan ver también el hada de la que no solo habló Federico sino el propio Luis Cernuda. El teatro, la poesía, la música y el arte de vivir nos están aguardando.

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