Entrevista a Santiago Ogando, autor de ‘Romances y cuernos reales’

0
Santiago Ogando
Santiago Ogando

He utilizado desde cronicones como el Origen y gestas de los Godos de Jordanes, escrito en el siglo V, hasta noticias de los principales periódicos y puntos de La Gazeta de Madrid (antecesor del BOE)

Santiago Ogando (Vigo, 1999) cuenta que lo primero que despertó su curiosidad fueron su propia historia familiar y el pasado y costumbres de su zona, y que poco a poco, según crecía, iba comprendiendo la importancia que tenía sobre ellas la deriva histórica de España entera y, por ende, la de su monarquía y la de los reinos que la precedieron. Desde hace más de tres años, se dedica a la divulgación a través de su cuenta de Instagram @historiasporlahistoria. En ella, además de escribir sobre algunos de los personajes y momentos más interesantes de nuestra historia, escribe también acerca del pasado de la medicina y de la neurología, su especialidad médica. Ahora nos sorprende con el libro Romances y cuernos reales publicado por la editorial HarperCollins Ibérica.

P. Un libro de este tipo supongo que requiere una gran documentación, ¿cuáles son tus principales fuentes?

R. Así es, la verdad es que he procurado documentarme lo máximo posible sobre cada una de las historias y épocas que he tratado en el libro. Aunque también he utilizado como fuentes artículos y libros al respecto de varias de las etapas, lo principal que he utilizado son documentos lo más cercanos posible a los hechos: desde cronicones como el Origen y gestas de los Godos de Jordanes, escrito en el siglo V para el primer capítulo, hasta noticias de los principales periódicos, puntos de La Gazeta de Madrid (antecesor del BOE) y postales entre los protagonistas para el último de los capítulos, a principios de la pasada centuria.

P. ¿Han sido los asuntos de alcoba decisivos en el devenir de la historia que a todos nos atañe?

R. Pues como suele ocurrir en estos casos, hay eventos y romances más decisivos que otros para la historia general. Algunos, como el matrimonio inicialmente furtivo y proscrito de los Reyes Católicos supuso la unión (por el momento, al menos, dinástica) de los destinos de los reinos que ambos iban a regir; en otras ocasiones, una traición terminaba suponiendo la quiebra de una alianza, guerras familiares encarnizadas o incluso la muerte de alguno de sus actores y en otras, sin embargo, los asuntos quedaban en las paredes de los castillos sin trascender a la política.

P. ¿Qué episodio destacarías como el más romántico?

R. Francamente, confieso que prefiero la parte de los romances a la de los cuernos. Para mi gusto, después de haber investigado bastante al respecto, mi favorita es la de Carlos I e Isabel de Portugal, en el s. XVI. Aunque su matrimonio era concertado y no se conocieron hasta la tarde de su boda, su matrimonio, a pesar de las constantes ausencias del emperador por causas políticas, fue estable, fiel y, aunque corto, feliz, lleno de emocionantes anécdotas entre flores y decretos.

P. ¿Cuál como el más jocoso?

R. Hay bastantes. Una de las historias más famosas es la de los abuelos de los anteriores, los Reyes Católicos. Cuentan las crónicas que, estando D. Fernando en tierras de Vizcaya, en los tiempos en que juró los fueros, rondó a una hidalga bilbaína con la que tuvo una hija, de la cual Isabel solo se enteró a raíz de una copla escuchada en una plaza pública, que delató la existencia de ambas. Si bien la madre desapareció de las fuentes, la hija terminó siendo madre abadesa de un convento y reconocida como hija por su padre, recordándosela como María Esperanza de Aragón.

Santiago Ogando
‘Romances y cuernos reales’ de Santiago Ogando

P. ¿Hay alguno imperdonable?

R. Para mi gusto, es difícil perdonar una traición en general, así que quizá estoy un poco sesgado. Si tuviera que elegir una, quizá sería, aunque no es una infidelidad matrimonial como tal, las disputas familiares entre el rey visigodo Leovigildo y su hijo, el príncipe Hermenegildo, cuyas esposas, Gosvinta e Ingunda, eran abuela y nieta por su primer matrimonio. Por ser los soberanos de confesión arriana y los príncipes católicos romanos, con algunas cuestiones políticas de por medio, empezó una guerra en la que no solo la nieta terminó maltratada por su abuela, sino que el hoy conocido como San Hermenegildo, alzado en guerra contra su padre, terminó decapitado, según buena parte de las fuentes, por orden (o, al menos, con el tácito consentimiento) de este último. 

P. ¿Se han quedado muchos en el tintero?

R. Pues, por ejemplo, apenas he hablado en este libro de la Edad Media. Es uno de los periodos más interesantes de nuestra historia, llena de reyes y reinas con vidas azarosas, con intrigantes historias de amor y desamor de por medio, de las cuales no descarto tratar en un futuro…

P. Compaginas la divulgación de la historia con la práctica de la medicina, ¿tienen algo en común?

R. Sin ir más lejos, la historia de la medicina, combinación ideal de ambas, es interesantísima para conocer cómo se practicaba la medicina en el pasado y cómo eran las condiciones de vida y salud de las personas, lo cual no deja de tener interés hoy en día. Pero no podemos olvidar, por ejemplo, a la genealogía, una de mis pasiones, la cual nos sirve para conocer a nuestros antepasados desde un punto de vista histórico, pero también para trazar la historia familiar de condiciones de salud y de enfermedad y ayudar así a la gente. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *