Ana Gomila, la escritora menorquina que ha publicado un nuevo libro durante el confinamiento.

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Ana Gomila

 

Ana Gomila no ha descansado ni durante el confinamiento. Además de cantar con su grupo de canto gregoriano, salir en periódicos locales y dar clases online a sus alumnos, ha creado el segundo tomo de su serie detectivesca protagonizada por un Sherlock Holmes excéntrico y alegre, el inspector Caravaggio. Tras el éxito de Un acto reflejo, Gomila publica Corazón tan negro y se hace eco de la situación actual del país, pues la autora ha querido que su inspector se vea en la necesidad de resolver un caso en plena pandemia, confinado él mismo en su casa y con su intelecto y el teléfono como únicas armas. Hoy, conocemos un poco más a esta excéntrica y también alegre escritora y su novela Corazón tan negro.

P. Bienvenida, Ana.

R. ¡Hola! Y muchas gracias por entrevistarme. Me siento bienvenida, bien acogida y hasta honrada de estar hoy con vosotros, jeje. En serio, gracias.

P. ¿Cuándo comenzaste a escribir y por qué?

R. Para mí es muy difícil contestar a eso porque ni ahora ni nunca ha sido la única actividad creativa a la que me he dedicado, sino que la voy compaginando con otras… Podemos decir que empecé a escribir de adolescente, pero también es cierto que he pasado largos periodos de mi vida sin escribir ni una letra. En este momento, alterno la escritura con el canto y la percusión en un grupo de música sobre todo medieval y renacentista llamado Gaudium et Musica. De hecho, tanto Un acto reflejo como Corazón tan negro están llenas de referencias y alusiones musicales…

P. ¿Qué tipo de aficiones tiene Ana Gomila?

R. Pues me gusta casi cualquier forma de cultura. Aparte de la música, que ya me mencionado y que me ayuda a “entrar”, a ambientarme, a concentrarme en lo que escribo, me chifla viajar y me preparo los viajes a conciencia, generalmente durante meses. Y una vez en el sitio, procuro visitar todo lo que aunque solo sea remotamente me interese, comer y beber lo mismo que los oriundos del país, respetar sus horarios y costumbres, hablar en su propia lengua si la conozco o al menos aprender un poquito… Distinguirme lo menos posible del paisanaje para poder observarlo y absorverlo a conciencia. Por ejemplo, cuando fui a Estambul, me pasé varios días con el velo puesto, y eso que ni soy musulmana ni todas las musulmanas de allí lo llevan. “Menuda loca de tía”, pensaréis. Pues sí, pero solo así siento que he exprimido todas las posibilidades que ofrece un viaje. Para ver y hacer lo de siempre, ya me quedo en mi casa

P. ¿Cuánto tardas aproximadamente en escribir una novela?

R. Obviamente, depende de cuántas horas le dedique y de lo concentrada que esté. En el caso de Corazón tan negro, con los dos meses de confinamiento he tenido suficiente, pero también es verdad que muchos días me quedaba en vela hasta las tres de la madrugada, que es cuando hay calma y tranquilidad en una casa llena de adorables loquitos como la mía…

P. Háblanos de tu serie policiaca.

R. De momento, ya está conformada por dos novelas, Un acto reflejo y Corazón tan negro, que pueden leerse enorden de publicación o independientemente, y tengo la esperanza de pueda convirtirse en una trilogía en un futuro no muy lejano. Todo dependerá de la acogida del público;ya que nadie escribe novelas para tenerlas guardadas en un cajón… Puestos a soñar despiertos, ¡me encantaría que se leyese muchísimo y en un montón de lugares! Creo que es un tipo de ficción que podría funcionar bien en más de un país… ojalá tenga ocasión de comprobarlo.

P. ¿Cómo se te ocurrió la historia de las investigaciones de Caravaggio?

R. El personaje está inspirado en un tío de mi padre que era todo lo contrario del investigador al uso: ni antipático, ni traumatizado, ni con una vida caótica a sus espaldas. Yo quería que mi Caravaggio fuera un personaje alegre, extrovertido y fantasioso, un “locatis” que solo fuera capaz de centrase en sus investigaciones policiales pero que, por lo demás, pasara por la vida con la insensatez de una mariposa. Y de él partí para, una vez encajado en un whodunnit, que es un tipo de esquema tan fijo que funciona como el mecanismo de reloj, acabar hablando de lo que en realidad me interesa: cultura, ambientes, personajes vívidos…

P. ¿Quieres seguir escribiendo este tipo de novelas?

R. Ojalá porque me chiflan, como lectora y como escritora, aunque leo casi de todo.

P. ¿Qué otros géneros te gustaría indagar?

R. Si tuviera tiempo y dinero suficiente, me gustaría hacer un poco de todo, pero siempre relacionado con el Arte: seguir escribiendo lo que me apeteciera en cada momento, hacer giras con mi grupo, locutar, declamar, actuar a lo loco, poder participar en todas las iniciativas a las que me invitara, apuntarme a un montón de cosas, profundizar en el baile, estudiar nuevos idiomas… Necesito sentirme útil, viva y mantener la cabeza en funcionamiento. No hacer nada no solo no me relaja, sino que encima me pone nerviosa. De hecho, me he pasado la cuarentena teletrabajando como una burra, escribiendo por la noche y subiendo a YouTube unas canciones turcas que son un primor…

P. ¿Habrá continuación para las historias de Caravaggio?

R. Según cuántas venda, sinceramente. No tanto porque necesite el dinero, que por suerte no es el caso, con mi trabajo de profe de Lite me basta para vivir y hasta para viajar de vez en cuando, sino como indicador de que las cosas van bien, de que mis novelas se leen, de alguien más que le interesa lo que escribo y hasta es capaz de disfrutarlo.

 

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