Relato: ‘El emigrante’ de Ester Torres Chiscano

 

De Ester Torres Chiscano. Ganadora de la V edición de Excelencia Literaria www.excelencialiteraria.com .

 

Son muchos los problemas que afectan a nuestro país y a otras naciones europeas, señal cierta de que estamos vivos. La cercanía o distancia con el epicentro de esos conflictos incide en la forma de enfocarlos, aunque no por obviarlos como si no fueran a salpicarnos conseguimos que dejen de existir.

En cierto sentido hasta que no nos tocan de manera directa, no somos conscientes de lo que significan las crisis humanitarias. Ocurre, además, que año tras año la historia juega a repetirse. Pero la masa está fermentando tanto que ya se desparrama por nuestras calles. Me refiero a la crisis migratoria. De hecho, palabras como inmigrantes, acoger, fronteras, humanidad y ayuda humanitaria cobran un significado mucho más profundo cuando se asoman a nuestros televisores imágenes de niños escupidos por el mar, en nuestras costas. Entonces nos miramos perplejos y elevamos el grito al cielo, buscando la causa de tanta sinrazón. Ahora nos ponemos en la piel de millares de personas que se ven obligadas a abandonar su país para salvar la vida. Ya no son lejanos, porque están llamando a nuestra puerta y nos vemos obligados a integrarlos en nuestro sistema, en nuestro vocabulario, en nuestros telediarios a la hora de comer…

El concepto inmigrante demanda un reconocimiento, ante todo, de la dignidad humana: miles de personas esperan nuestro auxilio y comprensión. En sus exiguos equipajes no caben más que unos cuantos objetos de valor limitado, símbolo de su naufragio personal. No traen la riqueza a manos llenas, no la traen en bolsas de basura —como muchos de los políticos que les cierran la puerta en las narices—; no, su riqueza es cultural y hace expandir nuestro vocabulario hacia campos semánticos como la diversidad, la apertura o el diálogo.

Ester Torres

Hablamos de los millares y millares de personas que están abandonando su país en busca de unas mejores condiciones. Movimientos migratorios que también afectan a nuestra manera de expresarnos, y quizás sea por eso momento de llenar de contenido muchas palabras que parecían ser conocidas pero que estaban, de hecho, vacías de significado.

No podemos olvidar que nuestros mayores emigraron en busca de trabajo y de unas mejores condiciones de vida. El inmigrante, venga o no con las manos vacías, lleva la cultura, la tradición y costumbres de su país, una suma de valores que le hace sentirse reconocido.  Por tanto, nos corresponde abrir la puerta a los que confían en nosotros como garantes de su dignidad.

 

Redacción

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