El vuelo del topo de Juan Kruz Igerabide. Ilustraciones de Patxi Gallego Palacios. Editorial Edebé, colección Tucán naranja, 2018. 130 x 195 mm., 124 pág., 9,20 €. (+ 8 años)

Por José R. Cortés Criado.

 

Si deseas algo con muchas ganas puedes llegar a con seguirlo. Eso es lo que le pasó al simpático topo que llegó a volar, primero sobre una gaviota y después en un avión comercial, y, además, consiguió ver las maravillas de la naturaleza a pesar de ser un ser ciego.

Juan Kruz escribe con mucha gracia haciendo un uso imaginativo del lenguaje, pasando de un tono lírico a otro jocoso seguido de juegos de palabras.

Lo primero que llama la atención son las explicaciones sobre el lenguaje monosílabo de los topos que cambia de significado según el tono en el que sea emitido siguiendo la escala musical. Es muy ingenioso oír un sonido con significado diferente según se emita en fa menor o re sostenido.

Este topo vive feliz y contento en su huerto hasta que una tormenta lo hace alejarse del entorno y termina cerca de una pista de aterrizaje de aviones.

En su desplazamiento conoce un cuervo que ansía comérselo, cuando el topito descubre sus intenciones, teme por su vida y descubre que no todo el mundo es de fiar.

Cuando aparece la gaviota charlatana en su vida, todo cambia, primero por su incesante verborrea, después por su amabilidad al llevarla de paseo sobre sus alas y por último, el amor que siente el ave por el topo, llega a confesar que es su novio.

El topo, que al principio no captaba los chistes malos de la gaviota, termina riendo con ella pero sus sueños es volar en un avión y a ello se dedica, mientras el cuervo y la gaviota lo buscan, cada uno con una intención diferente.

Por fin voló hasta Río de Janeiro y volvió a la que hoy es su vivienda habitual. Siempre soñó en lo interesante que fue volar y descubrió que es mejor hacerlo. De esa experiencia vuelve con el alma cambiada y termina viviendo en un magnífico jardín.

Es un libro encantador, con pasajes llenos de gracia e ironía y otros de sueños, unos  alcanzables y otros inalcanzables, pero que ayudan a su protagonista a ser feliz y vivir con intensidad su existencia.

Un mensaje queda claro, si eres una buena persona, te llevas bien con los demás y sueñas con cosas imposibles, no decaigas, que puede que se lleven a cabo si insistes en ello.

Interesante libro para los pequeños lectores que terminarán queriendo ser amigos de tan singular, entrañable y persistente animal.

El libro está ilustrado por Patxi Gallego Palacios, que ha dotado de vida a sus personajes, uno con aspecto bonachón como es el topo, otro con cara de pocos amigos como es el cuervo o el perro que vigila el jardín y otro de atolondrado como es la gaviota.

A los trazos del lápiz se añaden tonos de color que hacen de cada dibujo una alegoría del campo. Resulta muy simpática la cenefa superior de cada hoja en la que se una gaviota, un topo y un cuervo separados por una nube entre ellos que vuelan del centro del libro hacia la parte exterior de la hoja.

 

 

 

 

 

 

 

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