En guerra con mi abuelo

Por Elena Fernández Rodríguez.

El pasado viernes 4 de diciembre se estrenó en nuestras salas de cine la última película de Robert De Niro y Uma Thurman. En guerra con mi abuelo se nos presenta como la historia cómica familiar y con toques navideños perfecta para esta época del año, lo que se convierte en un aliciente para todos aquellos que busquen pasar un rato distendido con sus seres queridos. Sin embargo, a pesar de que sobrepasa el aprobado, lo cierto es que no podemos decir que nos encontramos ante el nuevo clásico navideño. Lo que parece una comedia desternillante, finalmente se convierte en una trama predecible llena de tópicos y con alguna que otra escena realmente llamativa.

Tras enviudar, Ed (Robert De Niro) se enfrenta a su nueva vida en solitario sin nadie a su lado que pueda echarle una mano, por lo que su hija Sally (Uma Thurman) decide convencerlo para que se mude con ella y su familia. De esa manera, su padre estaría más acompañado y ella no tendría que hacer largos caminos hasta su casa cada vez que tuviera un problema. Si bien parece que el resto de los miembros de la familia lo aceptan sin problema, Peter (Oakes Fegley), uno de sus nietos, se ve seriamente contrariado cuando es obligado a cambiar su habitación por el desván para que su abuelo pudiera instalarse. A partir de entonces le declarará la guerra con la ayuda tanto de sus amigos como de su propia imaginación para recuperar su amado cuarto.

Aunque ciertos momentos consiguen que el espectador suelte una carcajada, después de ver En guerra con mi abuelo no podemos dejar a un lado su parecido con otras comedias norteamericanas. El argumento de la película de Tim Hill recuerda mucho a otras del propio De Niro como Los padres de ella y, por supuesto, a las dos secuelas que le siguieron a esa. El tipo de humor, la problemática que nos presenta la trama y el modo en el que se desencadenan los acontecimientos provocan que parezca una copia de otras producciones del mismo género. A eso debemos sumarle que, por desgracia, ciertos chistes no han envejecido bien y hoy en día no tienen el mismo impacto en el público que pudiera tener dicho humor años atrás.

Por el contrario, como bien decíamos al principio, En guerra con mi abuelo podría puntuarse con un aprobado alto, así que si estás buscando un plan de cine y palomitas para estas fiestas no dudes en ir a verla y juzgarla por ti mismo. ¡No te la pierdas!

 

 

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