Crítica: ‘El Fotógrafo de Minamata’, la enésima resurrección de Johnny Depp

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El Fotógrafo de Minamata

El Fotógrafo de Minamata

Johnny Depp es una de esas personalidades de Hollywood hechas para vivir constantemente en mitad de la tormenta. Desde hace ya demasiados años, su vida ha sido un vaivén de escándalos por problemas con el alcohol, el dinero y, lo más reciente, violencia hacia/desde su ex pareja Amber Heard. Ambos se encuentran sumidos en un proceso judicial desde hace ya demasiados años, acusándose mutuamente de violencia doméstica, difamación y un largo etcétera. Pero el tema que nos ocupa no es ese, sino el regreso de Depp a la gran pantalla. La película en cuestión es El Fotógrafo de Minamata, un biopic sobre los últimos años de vida del ilustre fotógrafo W. Eugene Smith, de la revista Life.

La anterior cinta del actor había sido Waiting for the Barbarians, que cumple ya dos años. Entre este prolongado parón y su salida de la saga Animales Fantásticos Y Dónde Encontrarlos, muchos le dieron por acabado. Una vez más. Sin embargo, con esta nueva película, Depp vuelve a demostrar que será muchas cosas, pero que a nivel interpretativo es uno de los mejores de su generación. Porque si hay algo reseñable de El Fotógrafo de Minamata es precisamente eso, su capacidad camaleónica para que veamos cómo se funde por completo en el personaje. La sensibilidad escondida del fotógrafo sale a la luz al ritmo que marca el intérprete, como llevando el compás de su propio alma y no de lo que pone en un guion. Es, de lejos, uno de sus mejores trabajos, y la enésima vez que Depp renace de sus cenizas.

La película narra el último viaje de un Eugene Smith ya mayor, alcohólico, drogadicto, solitario y con mucha experiencia a la espalda como reportero de guerra. A regañadientes se compromete a acudir a Minamata, un pequeño poblado pesquero japonés donde, según cuentan, la contaminación del agua está provocando numerosas muertes, enfermedades y malformaciones entre sus habitantes. Convence al director de Life para que le envíe allí en el que será su último trabajo. Durante su estancia en la localidad nipona, descubre las barbaridades y los males que está provocando una enorme fábrica, destruyendo la apacible vida de los pescadores y sus familias. Esto choca con una crisis personal, obligándose a sí mismo a aceptar la importancia que su labor puede tener en el mundo entero.

Sin duda, la idea de El Fotógrafo de Minamata no es solo rendir homenaje a ese gran fotoperiodista, sino también lanzar un alegato contra todas aquellas compañías y gobiernos que miran hacia otro lado ante los desastres naturales que ellos mismos provocan. El fondo, por tanto, es brillante. Y la actuación de Depp también. Pero la ejecución de la película como conjunto no acompaña del todo. El filme podría resolverse en una hora y media de forma muy eficaz, pero estira innecesariamente el chicle narrativo para dar vueltas sobre lo mismo una y otra vez. Es como si el director, Andrew Levitas, buscara dar con una fórmula oculta encadenando una escena tras otra hasta conseguir el efecto dramático que pretende. Porque hay secuencias verdaderamente potentes que salvan a la cinta sobremanera, sí, pero el ritmo y el tono general es de excesiva lentitud y falta de contundencia.

Por no hablar de que la trama es, en esencia, el gran cliché de este tipo de historias: fotógrafo bohemio acude a un lugar remoto, al principio le cuesta encajar pero finalmente se convierte en mayor estandarte de la lucha social que corresponda. Ojo, que el hecho de que sea predecible no es en sí malo. Pero se agradecería que Levitas le hubiera impreso algo más de originalidad y de garra a una película que flojea en demasiadas ocasiones

En cualquier caso, la intención que se pretende conseguir es evidente, y cada cierto tiempo resalta y hace que El Fotógrafo de Minamata gane enteros para ser una película disfrutable. El mejor ejemplo es el momento final de la bañera (quien la vea, entenderá), que rezuma una potencia y un virtuosismo cinematográfico y emocional absolutamente deslumbrantes. En definitiva, no pasará a la historia como el mejor filme contra la polución del medio ambiente y los desastres provocados por el hombre. Tampoco llegará al Olimpo del cine de género periodístico. Pero, sin lugar a dudas, es una cinta muy recomendable para conocer una historia de lo más interesante y dejarse deleitar por una nueva master-class interpretativa de Johnny Depp. La película se estrena en cines el 30 de abril.

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