Erik Jacobs, autor de la saga de ‘Englandom’: «Siento mucha satisfacción cuando alguien me cuenta que no ha podido dejar de leer mis libros»

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Héroes de Englandom
Héroes de Englandom

Por Eva Fraile.

Erik Jacobs es un autor latinoamericano que se dio a conocer con la novela distópica Héroes de Englandom. En ella no solo recreaba un Londres futurista aterrador, sino que conseguía definir unos personajes llenos de diversidad que hacían que la trama fuera aún más interesante. Ahora, con la segunda parte de su saga ya publicada, afirma que se siente muy satisfecho con el resultado y el mensaje que envía.

P. Siempre que se escribe una novela distópica, se tiende a imaginar un futuro inequívocamente más cruel, una pérdida de derechos y libertades. ¿Avanzamos sin remedio hacia ello?

R. Yo creo que, afortunadamente, no. Quizá soy demasiado optimista, pero me parece que la civilización humana, con todo y sus debilidades y defectos, va avanzando en la dirección correcta. Claro, en el camino hay y seguirá habiendo muchos tropiezos y algunos retrocesos, pero, en su conjunto, veo a la humanidad yendo en la dirección correcta. Las novelas distópicas, que pintan un futuro cruel, injusto e indeseable, aportan su granito de arena para no desviarse del camino: recordar constantemente a nuestra consciencia colectiva el posible terrible final al que algunos comportamientos errados nos pudiesen llevar.

P. ¿Alguna parte de la novela está inspirada en algún hecho concreto de la realidad política o social?

R. Sí, varias partes de la novela han sido inspiradas en eventos y personajes de la realidad, algunas más obvias que otras. Para poner un ejemplo: el sistema de las castas de Englandom está inspirado en el sistema de castas Songbun en Corea del Norte.

P. Hablando más en detalle sobre Héroes de Englandom, llama la atención que es una novela cuyo protagonista, cuyo héroe, es un chico gay, lo cual es, por desgracia, todavía algo inusual; sin embargo, tu intención no es que esto sea lo más destacable ni lo que defina al libro. Dados los pocos ejemplos que hay de este tipo de literatura, ¿no te parece que va a ser complicado?

R. Al inicio, sí me pareció que sería complicado. Yo también pensaba que el hecho de que el protagonista, el héroe, es un chico gay sería lo primero que comentarían los lectores. Pero me equivocaba.

Ahora que ya he tenido contacto con muchas personas que han leído la novela, me encanta que la mayoría de comentarios se refieran al «mundo creado», a «la trama de la historia», al «suspense que te hace querer seguir leyendo para ver qué pasa después», o a lo entrañable que es este o aquel personaje. Claro, la orientación sexual de Derin —el protagonista— es un elemento importante de su personalidad, pero uno de muchos, y no el que lo define como persona. Me fascina cómo los lectores opinan de manera entusiasta y muy natural sobre el romance entre Derin y Dylan, que es una historia de amor primerizo dentro de un mundo muy convulsionado.

En este sentido, creo que sí he conseguido lo que pretendía, y la orientación sexual del protagonista no es lo que define el libro.

Furia de Englandom
Furia de Englandom

P. Al momento de realizar esta entrevista, ya has publicado el segundo libro de la trilogía: Furia de Englandom. ¿Qué le espera al lector en esta siguiente entrega de la saga?

R. Para comenzar, el lector descubrirá cómo se presentan las consecuencias naturales de las acciones llevadas a cabo en el primer libro, acompañadas con una buena dosis de acción, intrigas y nuevos personajes, además de una expansión geográfica de la trama.

Luego del improbable éxito del ataque rebelde, Derin es ahora oficialmente archienemigo del régimen; pero nadie espera que los dictadores, los Crowley, se quedarán de brazos cruzados, ¿verdad? Por tanto, las amenazas, la incertidumbre y la presión en torno a nuestro protagonista aumentan de manera considerable. Derin seguirá aprendiendo, cayendo y creciendo ante nuevos retos y peligros, tanto en su papel como «rostro de la revolución», así como en su vida personal, en su relación con Dylan. Será imprescindible que comprenda quiénes son sus verdaderos aliados y quiénes, sus adversarios. Por otra parte, las decisiones que tome pueden acercarlo a la consecución de sus objetivos, pero también podrían terminar destruyendo todo lo que ama.

Esta parte de la historia, más extensa que la primera, viene cargada de emociones, giros y revelaciones. De manera fulminante, traza el camino que inevitablemente culminará con la confrontación final del tercer libro, en la que se juega el todo por el todo.

P. ¿Qué piensas que hace falta en la literatura para que haya más libros protagonizados por personajes como Derin y Dylan?

R. Yo creo que, en el fondo, ya no hace falta nada. Los lectores están, desde hace tiempo, listos para este tipo de personajes. Lo que quizá sí se podría mejorar es el apoyo que la industria editorial y los medios de comunicación prestan a estas historias, de manera que puedan llegar a un mayor público.

P. Erik, te has dedicado a temas tan dispares como las finanzas, el diseño o el comercio electrónico. ¿Cómo se pasa de esos ambientes a querer contar historias?

R. Para mí es algo muy natural. Desde temprana edad, me gustaba imaginar historias para contar a mis hermanos más pequeños; luego, en la escuela, escribí algunos relatos cortos que, bueno, sobresalían entre los demás, pero sin pasar a mayor cosa. Con las vueltas que da la vida, dejé por algunos años la escritura, pero el gusanillo siempre estuvo allí dentro. Por fin, trabajando en la banca, decidí un día que tenía que plasmar en palabras las historias y los personajes que constantemente revoloteaban dentro de mi cabeza y pedían a gritos que se les dejara salir.

P. Hay que decir que dominas varios idiomas, como el inglés o el alemán, pero eliges el español a la hora de contar tus historias. ¿Qué tiene este idioma que te hace sentir más cómodo para escribir?

R. Supongo que tiene que ver, principalmente, con el hecho de que crecí hablando español en mi casa. Dicen que el primer idioma que aprendes es el que llevas más cerca de ti el resto de tu vida, aunque luego te vuelvas multilingüe. Lo divertido es que sueño en tres idiomas.

Para escribir o discutir sobre temas técnicos o económicos, sin embargo, me resultan más cómodos y naturales el inglés y el alemán (todos mis estudios superiores los he cursado en estos dos idiomas). Pero para contar historias y relatos que me salen del corazón, tengo que recurrir al español, al idioma de mi niñez.

P. ¿De qué te sientes más orgulloso cuando piensas en tu creación literaria?

R. No sé si orgullo es el sentimiento más cercano. Yo diría más bien que es satisfacción. Satisfacción de que mis historias y personajes logren entretener a quien las lee, y que, por un rato, transporten al lector a un mundo lejano y muy distinto al suyo. Siento una enorme satisfacción cuando alguien me cuenta que no ha podido dejar de leer el libro, que se ha encariñado con los personajes y que no se aguanta por leer la continuación de la historia.

 

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