Entrevista Emilio Ortiz que nos habla de sus libros, odas al amor por sus «familiares no humanos» (sus perros guías)

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Emilio y Spock (a quien dedica especialmente su último libro “Mil maneras de darte las gracias”, en una imagen de “Biblioteca Virtual Fandom”

Por Lydia/ Instagram Mis Lecturicas

Los libros de Emilio Ortiz se caracterizan, principalmente, por el amor con el que el autor habla sobre los animales, especialmente, hacia los perros, y aún más especialmente, hacia sus perros y sus perros guía a los que denomina “familiares no humanos”

Algunos de sus libros son: A través de mis pequeños ojos, Todo saldrá bien, La vida con un perro es más feliz, Dos amigos, seis patas y Mil maneras de darme las gracias.

Poco se me ocurre deciros para convenceros de que leáis sus libros, sólo: TENÉIS QUE LEERLOS, porque Ortiz, aúna la felicidad, junto a la pena, el cariño y la comedia, la dureza de la vida, pero también todo lo bueno que nos da, ensalzándolo y escribiendo auténticas odas al amor por los animales de una forma que sólo él es capaz de escribir.

Os dejo con él, para que descubráis como es y que esconden sus libros:

P. Antes de empezar, preséntate, cuéntanos quién y cómo es Emilio Ortiz

R. Nací en Barakaldo en 1974, crecí en Madrid, concretamente en Parla. Más tarde me trasladé a Pinto y después a Alcira donde nació mi única hija. Soy padre soltero, Licenciado en Historia y desde 2016, me dedico a escribir libros.

Me considero un chico de barrio que quiere un mundo mejor y más justo.

P. Y el “Emilio escritor”, ¿cómo es? ¿tiene alguna manía o algún ritual en el momento de ponerse a escribir?

R. Cuando me puse manos a la obra con mi primer libro, “A través de mis pequeños ojos”, todavía trabajaba para una empresa. Tenía jornada partida y esto me ocupaba buena parte del día. Al terminar la jornada, en torno a las ocho de la tarde, ya no me quedaban en la mayoría de los días ni fuerzas ni energía para otra cosa que no fuese descansar. Decidí hacer una cosa, levantarme todos los lunes a las cinco de la mañana para escribir, después a las ocho me marchaba al trabajo. Cuando el libro fue creciendo, cada vez me pedía más tiempo. Tuve que dedicarle más horas. Ya no solo me levantaba de madrugada los lunes, ya eran lunes, miércoles y viernes, finalmente, terminé haciendo esto todos los días de la semana. El esfuerzo mereció mucho la pena la verdad.

Aquello más que una manía fue una necesidad, ahora tengo todo el día para dedicarme a escribir y procuro recordarme a menudo lo afortunado que soy por ello. Una manía que sí que tengo, es que no soporto que nadie mire lo que escribo hasta que no lo termino. Cuando estoy enfrascado en el proceso meramente creativo, es el único momento que el libro lo considero solamente mío, una vez terminado, pertenece a los lectores.

P. ¿Qué sientes cuando tienes tus libros en papel en tus manos, por primera vez?

R. Cuando la editorial me manda el primer ejemplar es como haber hecho realidad un sueño. Es el momento más álgido de muchos meses o incluso de años de trabajo. Es la prueba palpable de que todo lo que has sacado de ti mismo, ahora está guardado en un formato físico para que lo disfrute todo aquel que quiera hacerlo. Es algo maravilloso.

P. En tus libros queda más que claro que tus perros no son animales de compañía, son tus “familiares no humanos” (opinión que comparto contigo), ¿por qué decidiste escribir haciendo una oda al amor por los animales, en este caso, a tus perros? ¿Le cuentas tus libros y lo que dices sobre ellos mientras lo escribes? ¡Reconócelo! (risas)

R. Los cinco libros que he escrito hasta la fecha, están relacionados plenamente con el mundo perruno. En” A través de mis pequeños ojos” y en “Todo saldrá bien”, los personajes son inventados, la trama es pura ficción, pero eso sí, reconozco que aquellos a los cuales yo denomino perronajes, están inspirados por mis perros. En estos dos casos anteriores, no les he hablado de ello, no quiero que se pongan celosos o que me cobren derechos de autor, (risas). Por otro lado, en dos libros que tengo escritos sobre temática perruna, divulgación, si que hablo directamente sobre ellos, pero no hace falta que les cuente nada, ya lo saben todo. En mi último libro, “Mil maneras de darte las gracias”, el personaje principal es Spock, aquí sí que no hay una sola gota de ficción. A veces se ponen a mis pies mientras escribo y los oigo suspirar. Los perros son como esponjas, absorben, pero también descifran nuestras emociones.

Yo hablo con todos mis perros, con los dos guías que he tenido, Spock y ahora Omer, y también con los demás que no son guía, Pancho, Sena y Blakc. Ellos agradecen mucho la comunicación.

P. A mí me encanta hablar con mis “familiares no humanos”, y me siento escuchada, al igual que tú, pero, ¿entiendes que hay personas que nos puedan ver como locos por este aspecto?

No solo lo entiendo, sino que además pienso que llevan razón, somos unos locos, pero maravillosos, quienes se pierden la oportunidad de vivir bajo este tipo de locura, no sabe lo que hace. Estar totalmente cuerdo, no hablar con tus amigos de otras especies, debe ser muy duro y bastante triste a la vez.

P. Spock, tu perro guía, al que le dedicas Mil maneras de darte las gracias, fue un perro muy especial, cuéntanos alguna anécdota graciosa con él y que no salga en el libro.

R. Era un bromista extraordinario, había una cosa que me hacía todas las mañanas antes de salir de casa. La mayoría de los golden Retriéver tienen de adultos un jadeo constante, él sabía que yo le podía encontrar, localizar, a través de este sonido. Pues bien, cuando me veía con su correa y el arnés en la mano dispuesto para salir a la calle, se aguantaba la respiración para que no lo encontrase. Se quedaba quieto y yo le buscaba con mis manos por el pasillo, cuando lo descubría, el jadeo estallaba como si de una carcajada se tratase, te podría decir que era como si los dos nos troncháramos de la risa en el momento más álgido del juego.

P. He de reconocer, que me cuesta hacerte esta entrevistilla, porque quiero hacerte miles de preguntas y a la vez, ninguna. Quiero que los lectores del periódico sepan tantas cosas, pero también quiero que se queden con las ganas de leer tus libros, así que te voy a poner en un aprieto. Diles a los lectores, cuál de tus libros deben leer sí o sí, elige solo uno.

R. Mil maneras de darte las gracias.

P. ¿Por qué has elegido ese?

R. Porque es el último, un escritor no debería dejar jamás de crecer y de aprender. El último libro, siempre debe ser mejor que el anterior. Además, me he dejado el alma escribiendo esta novela, he abierto mi corazón de par en par a mis lectores.

P. ¿Tendremos pronto nuevo libro tuyo?

R. Tendremos próximo libro, pero no será pronto, hace tan solo unos meses que vio la luz “Mil maneras de darte las gracias”.

P. Haznos un adelanto.

R. Será una novela, la historia de dos mujeres que caminan en dirección contraria y que por eso precisamente sus caminos se encuentran en un punto concreto de sus vidas.

P. Para ir acabando, anima a todos esos escritores a los que le dicen que no pueden hacerlo, que no sirven para eso, que no publiquen porque no va a gustar.

R. Que sean honestos con ellos mismos y si de veras piensan que lo que escriben merece la pena ser publicado, que no cejen en el empeño, que jamás dejen de aprender ni de trabajar duro. Yo tengo una gran discapacidad, soy ciego total, hacer algunas cosas me resultan extremadamente dificultosas, pero a base de tener constancia, lo he conseguido. Si yo puedo, evidentemente quienes no tienen esta dificultad añadida, podrán también.

P. Por último, dinos tu frase o cita favorita, esa que llevas por bandera.

R. Los derechos se conquistan, la libertad se ejerce.

 

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