Entrevista a Iñaki Sanjuán: “Animo al lector a que sienta como propios los miedos de los agentes encubiertos”

Dice Iñaki Sanjuán que Operación Protector (Editorial Rosamerón) habla de los infiltrados, sí, pero también de nosotros, los lectores, de nuestra seguridad. Que en sus páginas no hay fábulas, ni fantasías, que no se edulcora la aspereza de la realidad. Eso dice y tiene razones: policía que se desempeña en los servicios de información, conoce de primera mano lo que cuenta.

P. ¿Qué necesidad había de contarlo?

R. Es una apuesta personal, una historia que posee una autenticidad difícil de igualar, mezclada con un halo de ficción que da una importante fuerza narrativa a la historia, y que tiene su base en experiencias vividas de forma real por agentes encubiertos de carne y hueso, con los cambios necesarios e imprescindibles de nombres, personajes y circunstancias, que de coincidir con algo estrictamente real es pura casualidad.

Animo al lector que se adentre en el mundo de los infiltrados policiales, del crimen organizado, de las mafias criminales que también están en contra del terrorismo yihadista, y que sienta como propios los miedos, temores y sentimientos que también atenazan y marcan ciertas actuaciones de los agentes encubiertos.

P. ¿Qué escritores le han marcado o le han influido a la hora de escribir?

R. De unos años a esta parte, me he hecho fanático de la lectura, es algo que te permite introducirte en diferentes entornos, vidas y sabidurías. Mi género predilecto es el thriller, el policiaco por supuesto, y de misterio.

Tengo muchos escritores predilectos y que me encantan, son muy variados, desde John Le Carré, Daniel Silva, hasta Manuel Cerdán, pasando por Pérez-Reverte y Pedro Baños, entre otros.

P. ¿Alguna película o serie que recomendaría?

R. Habría muchas, pero una de las que siempre suelo recomendar es Le Bureau des légendes (Oficina de infiltrados), creo que es una serie de lo más completa, apasionante y real en el mundo de la infiltración de carácter internacional de los servicios de inteligencia, en este caso, franceses, y que tiene una realidad y veracidad muy por encima de lo que acostumbramos a ver en películas o series.

P. ¿Podemos decir que la historia está basada en una operación concreta?

R. Tiene una base sobre la que se sustenta la historia, a la que se le han cambiado los personajes, nombres y situaciones. Realidad y ficción se entremezclan en una secuencia que crea un clima de interés permanente. El lector se introducirá en un mundo poco conocido, pero que le permitirá conocer de primera mano diferentes sensaciones y situaciones de extrema tensión.

P. ¿Hubo entonces un chivatazo desde Bruselas?

R. Todas las buenas operaciones, y más las que tienen infiltrados de por medio, comienzan con el conocimiento de informaciones de interés. En el caso del terrorismo, ocurre exactamente lo mismo, pero con algo que hace a la disciplina distinta de las demás, y es que un fallo policial o humano puede desembocar en el sufrimiento de la ciudadanía y de inocentes, y eso debe de evitarse por todos los medios.

P. ¿Se llevó a cabo una operación para impedir un atentado en España?

R. Ese es el centro sobre lo que gira todo. Evitar que un atentado terrorista sesgue la vida de inocentes. Para ello, las fuerzas policiales y los servicios de inteligencia harán todo lo que esté en su mano para impedirlo. En París no se consiguió, en Bruselas tampoco, en España todos temen lo peor, y la verdad que la situación llega a ser crítica, y puede que tampoco acabe bien.

P. El personaje principal, ¿quién es?

R. Un agente encubierto que aúna muchas experiencias diferentes. Vividas por mí mismo y por varios agentes infiltrados en diferentes organizaciones, y a la que se suma un halo de ficción necesaria para conseguir un texto de gran interés y con una tensión constante.

P. En el libro habla de alcohol, fiestas en yate, clubes de alterne. ¿Cómo vive un infiltrado ese mundo?

R. El mundo criminal en muchas ocasiones se desarrolla en ese ambiente, tienen dinero para ello, y viven en una ostentación permanente, con excepciones claro está. Un infiltrado que esté en esos lugares debe de adaptarse a ellos, ser uno más, y si no, debe de buscar alguna cobertura que le permita no entrar en esos bucles de fiestas y perversión. El libro cuenta como puede hacerse y es una de las mejores actuaciones que una persona infiltrada en ciertos entornos puede hacer. Ningún lector se quedará indiferente a lo que se narra con detalles en este sentido.

P. ¿Ha pensado cuánto tiene de actor este trabajo? ¿El mejor infiltrado es el que mejor sabe fingir? ¿Cómo se vería como actor?

R. Un infiltrado actúa continuamente, se mete en un papel que debe de saber interpretarlo de una forma tan perfecta, que no solo se lo crea él, sino que debe de servir para engañar a todas las personas que le rodean. También tiene cierta ayuda, la cobertura o entorno que se le genera. Esta palabra “cobertura” es clave, y supone casi el 90% de la infiltración. El cerebro humano percibe muchas situaciones, y la más importante es el entorno. Si creas un entorno adecuado, la predisposición a que te crean será óptima.

¿Cómo actor? No me veo como actor ni interpretándome a mí mismo, es algo que nunca me he llegado ni a plantear. No es lo mío. (risas).

P. Dedica el libro a todos aquellos que luchan para salvaguardar los derechos de las personas, con un recuerdo muy especial para todas las víctimas del terrorismo. Muy emotiva ¿no?

Emotiva y hecha desde el interior de mi corazón. Es doble, por un lado, a todos aquellos que luchan con toda su alma por salvaguardar los derechos de las personas (todos los cuerpos policiales, el centro nacional de inteligencia, bomberos, sanitarios y el personal de seguridad privada). Y por otro, a los mayores héroes de la sociedad, las víctimas del terrorismo y a sus familias. Sus vidas fueron sesgadas de forma injusta por un fanatismo aterrador, y deben de tener el máximo respeto y ser recordadas siempre con la mayor de las admiraciones.