‘Los años rápidos’: No todas las familias son felices
Secun de la Rosa escribe y dirige una obra donde las relaciones familiares toman todo el protagonismo.
Por Carlos Mesa Espinosa.
Secun de la Rosa dio el salto al gran público gracias a su participación en la ya desaparecida serie Aída, aunque a lo largo de su carrera profesional como actor ha pasado por series que ya son historia de la ficción española como 7 vidas o Compañeros, y este año lo hemos podido ver en pantalla grande en Pieles, de Eduardo Casanova, y en El bar, de Álex de la Iglesia. La mayoría de la gente conoce únicamente su faceta como actor, pero hay mucho que descubrir de Secun de la Rosa. Tiene bien desarrollada —y con éxito— sus facetas como dramaturgo y director escénico, desenvolviéndose con especial fluidez en el circuito off madrileño. Con Los años rápidos repite como dramaturgo y director después de su paso por el Teatro Lara con Mi hermano es un moderno.
Los años rápidos, que hasta ahora solo hemos podido disfrutarla durante el mes de septiembre en el Teatro del Barrio, habla sobre las relaciones familiares. La obra, que ronda los 60 minutos de duración, se divide en tres actos: el primero, tres décadas atrás, protagonizado por los padres y en el que Secun construye un retrato de la forma de vida de las familias obreras de la época; el segundo, en la actualidad, en el que dos de las hermanas se reencuentran tras años sin tener noticias la una de la otra para firmar la venta de la casa de sus padres tras su muerte; y la tercera, una maravilla escénica que mejor no desvelar al lector.
Secun de la Rosa teje un texto sobre la familia y la intolerancia, moldeando unos personajes profundos y reales, con la suerte de tener un reparto de lujo para darles voz y cuerpo: Pepa Pedroche, Marcial Álvarez, Sandra Collantes y Cecilia Solaguren. Un elenco que hipnotiza al público con su fuerza interpretativa y que, sin duda, deja con ganas de más.