‘Sujeto elíptico’ de Crusat, ganadora del Premio Tigre Juan de Narrativa

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El jurado de la cuadragésima primera edición del Premio Tigre Juan de Narrativa, compuesto por Vicente Duque (Presidente), Ángela Martínez (Secretaria), Natalia Cueto, Fernando Menéndez y Eduardo San José (Vocales), y actuando como Secretario y Coordinador, Javier Gámez, ha decidido, por unanimidad, distinguir como ganadora la obra de Cristian Crusat Sujeto elíptico, editada por Pre-Textos. En la misma sesión ha acordado, también por unanimidad, reconocer en la categoría de finalista la novela Los nombres de las cosas, de Mariano Peyrou, editada por Sexto Piso.

El jurado del III Certamen Joven de Relatos Cortos Tigre Juan, compuesto por Virginia Gil Torrijos (Presidenta), Marcelo García y Olga Rico (vocales), y actuando como Secretario y Coordinador, Javier Gámez, ha decidido por mayoría distinguir como ganador al relato Mentirosa, de la autora sevillana Irene Reyes Noguerol.

El fallo y entrega de ambos galardones tuvo lugar ayer, en un acto celebrado en el Salón de Té del Teatro Campoamor de Oviedo, con la asistencia del Segundo Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Oviedo, D. Mario Arias Navia, del Concejal y Presidente de la Fundación Municipal de Cultura, D. José Luis Costillas Gutiérrez, y del Presidente de Tribuna Ciudadana, D. Pedro Manuel Sánchez Lazo, así como de los portavoces y representantes de los demás Grupos Municipales.

El Premio Tigre Juan llega en este 2019 a su 41ª edición, y con él, la 3ª del Certamen Joven de Relatos Cortos Tigre Juan. Desde el pasado mes de Septiembre de 2018, los jurados de ambos certámenes han valorado 82 obras narrativas y 24 relatos. Los cinco últimos seleccionados en cada una de las categorías fueron, en el caso del 41º Premio Tigre Juan:

-La isla de los conejos, de Elvira Navarro (Literatura Random House).
-Los nombres de las cosas, de Mariano Peyrou (Ed. Sexto Piso).
-Sujeto elíptico, de Cristian Crusat (Ed. Pre-Textos).
-El arte del puzle, de José Mª Pérez Álvarez (Ed. Trea).
-Faster, de Eduardo Berti (Ed. Impedimenta).

En lo que hace referencia al Certamen Joven, éstos fueron los seleccionados (con el pseudónimo correspondiente):

-Sempiterno, “The Captain”.
-Mentirosa, de “Ángeles guerreros”.
-Las troyanas, de “Andrómaca”.
-La última generación que subió a los árboles, de “Kiara”.
-Aunque no sea lo más adecuado, de “Logan”.

Sobre Sujeto elíptico, obra ganadora del Premio Tigre Juan

Según el jurado, la obra ganadora, Sujeto elíptico, es un libro en el que la alusión y la constatación de ausencias se convierten en poética que rebasa las fronteras –a menudo más deudoras de la superstición que de la verdad- de los géneros literarios y de las culturas nacionales. Las diferentes formas de sentir, de cantar, de comunicar, de hablar del pueblo bereber -descritas con la curiosidad y el asombro propios de quien narra un cuento fantástico, el relato de un oriente contiguo de tan cercano y, no obstante, exótico- son las diferentes vías en las que una identidad se deslíe para multiplicar su desasimiento como en un juego de espejos. El enigma de la gente amasigh del norte de África deviene así indagación del propio abandono, testimonio del arte de olvidarse de sí mismo en la contemplación del otro.

La crónica del viaje en Sujeto elíptico trasciende la geografía y es, en sí misma, contingencia, continua expansión de los límites, traslación de máscaras (Domingo Badía, Alí Bey, Charles de Foucauld, el viajero en autobús, el peatón en Agadir…) que adoptan diferentes perspectivas y renuevan los puntos de vista; realidad y ficción, como ocurre con los espacios modelados por los biombos, se alternan, se complementan, invaden el recinto antagónico en una suerte de dinámica dialéctica de la escritura. Crónica de viajes, fábula, apólogo, ensayo, carta de relación, conseja de la tradición oral, disquisición lírica, poema en prosa, diario, apunte antropológico, cartografía de lo inasible…, el libro de Cristian Crusat es, a juicio del jurado, una espléndida muestra de escritura múltiple, en la estela de las escrituras en expansión de Miguel de Cervantes, de Jorge Luis Borges, de Georges Perec –modelos ocasionalmente invocados, a menudo reutilizados para el propio y solitario empeño-, y, al igual que aquellas, un jirón de signos en torno a un centro siempre móvil y dislocado, un libro que actúa como palimpsesto, un texto de tiempos sucesivos y, sin embargo, simultáneos, el nuevo estrato de una ciudad literaria sin pausa destruida y reedificada solo con afán de cambio y pródiga transformación.

La novela finalista, Los nombres de las cosas, de Mariano Peyrou, es, según el jurado, una apuesta audaz de escritura que reclama constantemente la colaboración del lector, instancia de cuya inteligencia se hace continuo reclamo y tan necesaria como los personajes que viven y hablan bajo el signo, a veces lúdico y a veces melancólico, de la contradicción. Bajo la especie de una fábula divertida, disparatada, a menudo irónica, siempre bienhumorada de los diálogos de tres amigos, el autor especula acerca de la verdadera relación entre las cosas y las palabras que pretenden designarlas. Mariano Peyrou se erige, así, en un jovial cirujano del lenguaje, su escritura en escalpelo que intenta separar la piel, la urdimbre de palabras que decimos, de la realidad que se oculta bajo ella. Quitar los nombres a las cosas, desnudarlas para encontrar su verdadero ser y revestirlo con nuevas expresiones; hacer vacilar desde la lucidez lo que creemos más estable; inquirir en la presunta adecuación entre lo que expresa y lo que es expresado; iluminar fugazmente la zona en sombra de lo que nos decimos en nuestros afanes cotidianos para después desaparecer: tal es una de las labores del arte novelístico contemporáneo y Los nombres de las cosas uno de los más genuinos ejemplos que, partiendo de esa premisa, apunta a nuevos y muy prometedores modelos literarios.

Los miembros del jurado han resaltado la alta calidad de muchas de las obras leídas en la presente edición, escritas en castellano y publicadas en España a la largo de este último curso literario.

Sobre Mentirosa, relato ganador del III Certamen joven de relatos cortos TIGRE JUAN

El jurado ha valorado positivamente en Mentirosa la valentía en el tratamiento de una temática silenciada y oscura, desde una perspectiva narrativa original, arriesgada, pero también bella, que da un nuevo enfoque a uno de los temas más tabús de la sociedad. En el texto destaca la polifonía de diferentes voces y perspectivas, que confluyen en el discurso de un mismo personaje de una manera fluida y caleidoscópica, sabiendo adaptar perfectamente el nivel del lenguaje a un sujeto narrativo infantil e introspectivo. Además, el jurado quisiera destacar el gran acierto en el modo en que la autora del relato ha sabido crear desde el propio título un leitmotiv que funciona como si fuese una piedra lanzada a un estanque, en el que se van generando ondas concéntricas que se expanden por el texto literario desde su inicio hasta su final.

Igualmente, el jurado ha acordado premiar con dos accésits, a los relatos Las troyanas y Aunque no sea lo más adecuado. Abiertas las correspondientes plicas, bajo los pseudónimos “Andrómaca” y “Logan”, son autores de los mismos, respectivamente, la barcelonesa Etna Miró Escobar y el valenciano Víctor Ortega Esquembre.

 

 

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