Adriana Florez: «Soy una mujer no blanca que podría pasar por una mujer blanca y eso ha permitido que sea testigo y objeto tanto del racismo como de la xenofobia»

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Xenofobia
Xenofobia

Adriana Florez forma parte del colectivo latinx y BIPOC, dos términos que usa en su libro para presentarse a sí misma. Ser latinx significa que es una persona nacida en Latinoamérica, mientras que BIPOC hace referencia a todo el colectivo (negro, indígena y persona de color) que puede ser discriminado por raza. Ella ha escrito una obra de no ficción Sobrevivir a la xenofobia. Una mirada diferente a la discriminación, totalmente inédita en estos momento s, para hablar de los efectos de la discriminación y sanar las heridas mientras sigues conviviendo con ella, pues, en sus propias palabras, cree que de momento es algo que se seguirá dando.

P. Adriana, ¿somos tan diferentes por el hecho de que tú provengas de Colombia y yo de España?

R, Es una respuesta compleja, somos iguales en cuanto a que somos seres humanos valiosos por igual, pero somos diferentes porque hemos crecido con un bagaje cultural distinto que ha marcado nuestra forma de ver la vida y los valores con los que hemos crecido. Sin embargo, eso no justifica ningún tipo de discriminación.

R, Has estado estudiando los efectos adversos que tiene la discriminación de todo tipo sobre las personas y pronto tendremos el resultado en forma de libro, pero todo comenzó contigo misma. ¿Nos cuentas un poco tu historia?

R. Creo que podría empezar diciendo que yo pensaba que no sucedía nada, que todo era producto de mi imaginación y que por eso me costó tiempo reconocer que tenía un problema y que debía buscar ayuda antes de que terminara por consumirme por completo. Inicialmente eran eventos sutiles que para yo sentía que estaban enmarcados en mi subjetividad, pero cuando se hicieron más concretos y bastante evidentes para los ojos de cualquiera tuve que aceptar que estaba sufriendo discriminación y xenófoba.

Me costó mucho llegar a la aceptación, tenía la creencia de que en este siglo estas cosas no sucedían, pero al final es cierto que cuando algo no te afecta te cuesta aceptar que es real. Soy latina, pero soy una mujer no blanca que podría pasar por una mujer blanca y eso ha permitido que sea testigo y objeto tanto del racismo como de la xenofobia.

Adriana Florez
Adriana Florez

P. ¿Qué dirías que significa ser inmigrante?

R, Creo que significa ser errante, perdemos el arraigo de la tierra que nos vio nacer y nunca llegamos a ser iguales a los que nacieron donde vivimos. Es una lucha constante por integrarse sin perder tus raíces y tu identidad. Es aprender a empezar desde cero y a no dar nada por sentado. Es un proceso constante de aceptación y agradecimiento con lo que te aporta el lugar donde vives y el crecimiento personal que implica el proceso.

P. Pero no es un libro creado únicamente para los inmigrantes, ¿verdad? Sino para todo aquel que se haya sentido rechazado alguna vez por ser diferente. ¿Qué ejercicios se pueden plantear ante esta problemática? ¿Nos hablas de alguno?

R, El libro se enfoca en herramientas para afrontar la discriminación sin importar que clase discriminación sufras. Está claro que como comparto pasajes personales durante el mismo, la mayoría de los eventos de discriminación son de xenofobia. Pero el libro le puede aportar a cualquier persona, creo que todo el mundo ha sufrido en alguno momento algún tipo discriminación, sea por género, identidad sexual, peso, formas de aprendizaje, capacidad adquisitiva o incluso por la manera de vestir. Todos hemos estados expuestos a la discriminación en algún momento de la vida con intensidades distintas.

Uno de los ejercicios que más me gusta, porque te ayuda a darle perspectiva a los conflictos, es preguntarme: «¿Qué harías si fueras a morir mañana?» Consiste en plantearse la situación que te agobia como si te encontraras al final de la vida. Eso te permite ver todo con otros ojos. Los problemas se jerarquizan fácilmente cuando tus prioridades están claras. A veces, es difícil ver más allá del problema porque es lo que nos agobia en el momento, pero cuando nos planteamos que no habrá más futuro es como si encontráramos la luz que estábamos buscando.

P. Lo más llamativo de toda tu historia es que, como profesional de la salud, también has sentido discriminación por parte de tus propios pacientes, ¿verdad?

R, Desafortunadamente es una constante en mi vida laboral, en ocasiones es por género, en otras por mi lugar de procedencia o en otras por racismo, pero las personas llevan consigo sus prejuicios, no los dejan en la casa cuando vienen a consulta.  Lo más difícil es que mi ética profesional no me permite tratarlos de forma diferente, aunque me estén faltando al respeto, son pacientes y necesitan ayuda y eso está por encima de todo.

P. Has escrito un libro que pronto se embarcará en una búsqueda editorial para ayudar a las personas. ¿Ha habido lecturas que también te hayan ayudado a ti?

R, Muchas. Cuando acepte que tenía un problema y que la xenofobia me estaba pasado factura, busque muchos libros para ayudarme a darle perspectiva al asunto y plantearme soluciones. Creo que uno de los libros más marco fue «Yo y la supremacía blanca» de Layla F. Saad, es sin duda una lectura obligada para todo el que se encuentre en el proceso de convertirse en un mejor ser humano.

P. ¿Cómo has combatido tú, personalmente, la xenofobia?

R. Supongo que no se puede combatir, no podemos hacer que las personas cambien, solo podemos influir el cambio en nosotros mismos. Entonces, es más sobrevivir o aprender a vivir con ella. Para mí, ha sido un proceso de aprender estrategias que me ayudan a filtrar lo que permito que me afecte y aprender a llenarme de compasión para entender que el que te agrede es un ser humano y que el proceso que debe hacer no depende de ti.

P. ¿Seguirás escribiendo y estudiando acerca de otros temas sociales? ¿Qué otras problemáticas te preocupan?

R. Seguro, ahora me planteo un nuevo libro sobre estrategias para salir de la casilla de la víctima donde abordaré el tema de enfrentarse al trauma. Creo que la salud mental de las personas es una problemática que nos afecta a todos, sin embargo, la hemos dejado como un rincón oscuro de la sociedad como si no existiera y no fuera cotidiana por ello necesita voz.

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