Entre las grietas de la tierra de María Saldaña. Ganadora de la XVI edición www.excelencialiteraria.com
En el desierto, entre las grietas de la tierra, debe de haber agua. Pero las hormigas, siempre hambrientas, lo agujerean todo, hasta que invaden el agua antes de que el desierto llegue a admirar sus propias grietas, de que el arneal sea consciente de que esos resquicios le dan de beber.
Las hormigas se hacen dueñas de la tierra seca, agotada, estéril, arrugada y vieja, calcinada por el sol que permanece eternamente encendido.
Toca las placas de tierra, mira cómo están todavía calientes y, al mismo tiempo, sin vida, carcomidas por las hormigas. Me pregunto si los insectos estarán a gusto allí dentro, si al final de las grietas habrá otro suelo, más suave, y si el aire del otro lado es distinto, si las palmeras datileras pueden seguir bebiendo a pesar de que el agua esté infestada por el veneno de la colonia, si sus frutos seguirán igual de dulces.
Aunque quizás no sea cierto que existan pueblos de hormigas debajo de la tierra caliente. Pero, por encima de mis dudas, confío en que si el agua es dadora de vida se impondrá sobre las hormigas que debo buscar, para devolver la vida a las placas de tierra, al desierto en el que, como en “El Principito”, debe de haber un pozo.
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