Crítica de ‘Malnazidos’: Zombis y nazis en la Guerra Civil española
El género zombie, para bien o para mal, siempre levanta mucha expectación cuando da el salto de la serie B y se cuela dentro de los grandes estrenos semanales. Eso es lo que le ha pasado a Malnazidos, el nuevo thriller de Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro que ya puede verse en cines en toda España. La original propuesta de incluir un apocalipsis zombie en mitad de la Guerra Civil no ha pasado desapercibida y, pese a que le ha costado llegar a las salas, finalmente lo ha conseguido de la mano de Sony Pictures. La película está protagonizada por Miki Esparbé, Aura Garrido, Álvaro Cervantes, Luis Callejo o María Botto, entre otros. En Top Cultural ya hemos podido verla, y hay mucho que contar.
Malnazidos se sitúa en algún momento de finales de la Guerra Civil española. Un comando del bando nacional formado por dos personas, el general Jan y el joven conductor Decruz, son enviados por mitad de un valle en tierra de nadie para entregar un importante mensaje en otro campamento. Sin embargo, se verán atrapados por una emboscada mortal. En primer lugar, unos guerrilleros republicanos les hacen prisioneros en mitad del bosque. Y poco después, descubrirán que los muertos se levantan. Y lo hacen con hambre y sin ganas de razonar. Algo está ocurriendo en el valle a causa de un experimento del Tercer Reich que provoca que los caídos se conviertan en zombis. Así, fachas y rojos deberán aprender a colaborar para mantenerse con vida de esta epidemia de monstruos que se extiende como la pólvora.
La idea de Malnazidos es a todas luces tremendamente original y atractiva. Adentrarse en un terreno tan pantanoso como el de la Guerra Civil, pero desde un enfoque totalmente desmitificador gracias al género zombie, solo podía dar como resultado algo llamativo. Y así es. Aunque no todos sus ingredientes acompañan. El guion es particularmente pobre y parece escrito más para cómic que para la gran pantalla. Los diálogos son absolutamente irreales y provocan que cueste entrar en la historia. Y hay determinados momentos que, incluso dentro de las normas de una película así, no tienen ni pies ni cabeza (por ejemplo, que los protagonistas sean incapaces de saltar una verja de 3 metros cuando están rodeados de árboles altísimos y llenos de ramas a las que subirse).
Esto es lo que más falla en la película, junto con un claro blanqueo del fascismo debido a la lectura histórica superficial que pretende. No es justo pedirle a Malnazidos exactitud ni corrección históricas porque ni lo pretende ni le hace falta, pero ese discurso de que «rojos y fachas fueron igual de malos y culpables, y que en realidad los auténticos malos eran los nazis y rusos» está fuera de lugar. La equidistancia no vale para todo, y en ese terreno tan peliagudo la película no sale bien parada. Y podría pasar desapercibido si tan solo se utilizara como herramienta narrativa para dar contexto, pero es que el guion se ensaña con este posicionamiento una y otra vez.
En cualquier caso, si se consigue sortear el gran obstáculo de su escritura, Malnazidos resulta una película muy divertida y adictiva. La historia, ya de por sí, es muy interesante, y el filme guarda un ritmo acelerado trepidante que logra mantener la atención puesta en la pantalla del primer minuto hasta el último. No paran de ocurrir cosas en todo el metraje, y no escatima en gore ni en acción, pero tampoco se recrea en exceso para hacerla apta para cualquier espectador. Los toques de humor están bastante bien llevados y el elenco principal en líneas generales está más que correcto. Los personajes son todos muy comiqueros: un facha miedica, una monja de mucho carácter, un intelectual pro-ruso frío y manipulador, una soldado republicana apodada «Matacuras»… Incluso el gran villano -al margen de los zombis- es un alemán particularmente terrorífico y caricaturesco. El tono pulp se mantiene en toda la obra y le sienta de miedo. Esto son ingredientes suficientes para entender que la cinta cumple su objetivo, pero es que hay más.
A nivel de producción, el diseño de Malnazidos es excepcional. Casi toda la cinta discurre en un bosque, pero el equipo de arte ha trabajado duro para transportarnos hasta los años 30 con vestuario y atrezzo en los diferentes campamentos y pueblos que se visitan. Y, para redondear la cuadratura del círculo, a nivel de efectos especiales la película es de sobresaliente, mucho mejor que grandes producciones del cine hollywoodiense. Aquí la culpa la tiene El Ranchito, la prestigiosa compañía española de efectos visuales que ha trabajado en series del renombre de Juego de Tronos o The Mandalorian, así como en sagas cinematográficas como Jurassic World o Star Treck. Su trabajo, una vez más roza la perfección y permite adentrarse en la experiencia que propone el filme de una manera mucho más orgánica.
Para concluir, Malnazidos es, ante todo, una película salvajemente entretenida. Peca de un guion pobre y una equidistancia muy mal llevada, pero se sobrepone con una historia lo suficientemente atrayente, un humor bien medido para aligerar los momentos más densos, un muy buen reparto coral y una producción es exquisita. Esta nueva visión del panorama zombie bebe mucho de grandes obras anteriores y se permite el lujo de explorarlo en un entorno siempre atractivo como es la epopeya bélica. En resumen, es una buena propuesta que ya puede verse en cines.